¿Es seguro utilizar la radiación ultravioleta para la desinfección del coronavirus SARS-CoV-2?
Si bien existen pruebas que en los centros sanitarios el uso de la radiación UV-C como complemento a la desinfección manual estándar es eficaz, es imprescindible realizar controles de calidad del producto, seguir las instrucciones de aplicación y uso establecidas por el fabricante, además de tomar las medidas de seguridad necesarias (a veces no suficientemente subrayadas por el fabricante) para evitar daños en la Salud. Debemos ser conscientes que, salvo que la radiación UV-C sea supervisada por profesionales que cuenten con aparatos de medición, el usuario no podrá realizar la comprobación de la eficacia de la desinfección realizada.
De lo expuesto, se concluye que el uso de dispositivos emisores de radiación UV para la desinfección del SARS-CoV-2, es una solución eficaz, pero solo si la desinfección se lleva a cabo siguiendo las directrices de aplicación, bajo supervisión y realizando un uso y mantenimiento adecuado del dispositivo; y sin olvidar el cumplimiento de las medidas de seguridad correspondientes
Por otra parte, es imprescindible comprobar la calidad del dispositivo, el cual debe estar homologado, garantizando el cumplimiento de la reglamentación vigente, y garantizando la máxima calidad y seguridad para su uso. En todos los casos, los usuarios deben protegerse a la exposición de la radiación UV-C en su totalidad y en especial deben proteger los ojos. Un uso inadecuado de un dispositivo fuente de radiación UV-C, resultaría peligroso para la salud, generando más perjuicios que beneficios.
No hay duda que nos gustaría disponer de un dispositivo “mágico” que simplemente con encenderlo desinfectara el 100% del coronavirus SARS-CoV-2 del aire de los ambientes y de las superficies de los objetos, sin la necesidad de controlar todos los factores mencionados y sin correr ningún posible riesgo la salud. Lamentablemente, hoy no se puede decir que los dispositivos de radiación UV sean este dispositivo “mágico”. Quizás el público general debería utilizar otros métodos de desinfección (como es el uso de productos químicos NO tóxicos), cuya aplicación, control de calidad y supervisión, sean más sencillos, y sobre todo que garanticen la máxima seguridad para la Salud.